20.1.07

El cuidado de las plantas.

"¡Ah, sí! Es un potus o poto y me enteré que hay unas 40 especies en su género, es de interior y es una trepadora". Yo le pregunté a este biólogo amigo cómo podía ser que fuese trepadora si desde que la puse en la silla no iba ni para atrás. Empezamos a descartar posibilidades de por qué su actividad había mermado. Otro amigo, el cual solo se dedica a cebar mate y nada más, dijo frunciendo el seño convencido: "Para mí que ese potus está en estado vegetativo". En ese momento recé para que bajara Noé del cielo. Tuve esa extraña sensación de que el agua nos estaba por tapar. Comatoso o no, el potus no tenía actividad. Quizás era un tema de cuidados. Revisamos un par de libros para estar seguros. Nunca debía recibir el sol directo, necesitaba sombra. Perfecto, porque el sol no le daba. Descartado. La temperatura que más le gusta a esta clase de plantas es la templada casi cálida, entre 18 y 30º C. En esta instancia me preocupé porque creí que era el aire acondicionado pero no había desmejorado, su color era igual, el tamaño de sus hojas. Todo correcto. Humedad ambiente alta y un riego abundante durante durante los meses de más calor. Correcto. Mi amigo, el biólogo, golpeaba un poroto para ver si todavía seguían siendo dicotiledóneos, cuando de repente gritó ¡eureka! Yo seguía esperando a Noé. Cuando dejó de balbucear incoherencias me explicó que este tipo de plantas eran de origen asiático, más precisamente de la China. Mi amigo, el que ceba mate, cortó el chorro de agua dirigido al matecito de metal, apoyó el termo pesadamente y tiró al bulto: "La planta no crece y dicen que son chinas, está clarísimo. El potus extraña,está deprimido". Mi amigo el biólogo y yo nos miramos. Él levantó la ceja izquierda como tratando de entender ese silencio que se había producido entre los tres. Yo rezaba pero ya no esperaba que bajara Noé, solo quería que al menos me mandara el bote, o los remos. René (porque mi amigo el biólogo se llama así) retomó la idea de la procedencia oriental de la planta. Y debo sincerarme: su propuesta me asustó un poco. Quería que lo regara una vez al día con agua y cinco o seis veces con té. Tenía entendido que el exceso de riego podía pudrir las raíces y si a eso le sumamos lo del tecito... Respiré profundo, levanté la vista hacia el firmamento y cancelé lo de Noé, el bote y los remos. Al menos yo no estoy en estado vegetativo, y en un momento de lucidez suprema, recordé que hace muchos años había aprendido a nadar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola amigo, yo tengo al potus de casa con agua permanentemente. Pero me dijeron que el secreto para mantenerlo vivo por años, es darle té 4 ó 5 veces al día. ¿Es cierto eso?

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Estimada amiga cibernética,
Si bien no puedo asegurarlo empíricamente, el té parece ser una bebida regenerativa de proceso lento. De hecho, ya hace un par de años que riego mi potus con esta infusión sin poder lograr una mejoría... pero tampoco se termina de secar.

Tinta Digital dijo...

Estimado Washington,
qué bueno verte unido a estas huestes blogeras.
También me alegra ver que tu espíritu sigue vivo. Ese mismo espíritu que un día empujó a crear un Pasquin en esa nueva-vieja agencia ubicada donde Puerto Madero empieza a transformarse en Barracas.Abrazo.
PD: el potus tiene ese misterioso don de la vida inserto en él. Parece que no hace nada, parece que no va a ninguna parte. Sin embargo crece y subsiste. Y ENCIMA HAY QUIEN LOS AMA!!!!

Anónimo dijo...

Vos sabés que esto de los potos no es otra cosa que imperialismo chino, ¿no?. ¿O es que alguien duda de que el dragón dormido manda a pibitos a Brasil para que aprendan del fulbo?. Bueno, mandan los potos acá para que fichen todo, como agentes de inteligencia, ¿entendés?.
Tengo que explicarles todo, viejo.

Don Jok